Te hablo a ti
- Pedro Larraya
- 11 ago 2024
- 1 Min. de lectura
Improvisación libre en la cual, cuando se refiere a otro personaje nombrándolo al final de la frase, éste debe cambiar automáticamente de emoción.
Por ejemplo:
Marco: Sin duda es la escultura más bella que he visto en mi vida.
Fernanda: No lo sé... No me parece la gran cosa, Marco.
Marco: ¿¡Pero qué dices?! ¿¡Acaso no ves cómo esta obra representa uno de los males más grandes que aqueja al mundo!?
Fernanda: Pues... No, la verdad que no.
Marco: Dios, ¿es que no sabes nada de arte, Fernanda?
Fernanda hace una pausa y rompe en llanto.
SUGERENCIAS:
Piensa que cualquier frase puede desencadenar un cambio de emoción siempre y cuando se nombre a la persona. Es decir, Marco podría decir: "¿Me pasas la sal, Fernanda?"; entonces ella podría reaccionar como si de repente se hubiese enamorado: "¿En serio? Jamás creí que me pedirías ayuda para cocinar tu plato especial".
Antes de comenzar el juego, podrías pedirle al público que nombre a cada personaje, para que sea más fácil para los intérpretes.
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